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Mostrando entradas de septiembre, 2014

CLAVES PARA ENTENDER EL MAGNICIDIO DE LA BOMBILLA

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CLAVES PARA ENTENDER EL MAGNICIDIO DE LA BOMBILLA L a historia del asesinato de Álvaro Obregón el 17 de julio de 1928 es harto conocida. Releyendo una de sus fuentes más socorridas por la historiografía, como lo es la crónica de El Universal (1), aparecen dudas. Así como también hechos que causan mínimamente sorpresa y hasta revelan coincidencias con el otro magnicidio en la historia del siglo XX mexicano: el de Luis Donaldo Colosio, ocurrido el 23 de marzo de 1994. Repasemos algunas. 1. - Es de llamar la atención que la reunión donde pierde la vida Obregón sea con diputados del estado de Guanajuato. ¿Por qué? No hay que olvidar que el país vive en ese entonces la Guerra Cristera y que una de las entidades donde hubo más resistencia cristera fue en ahí, en Guanajuato. Que además uno de los antecedentes de este enfrentamiento armado fue cuando en la presidencia del Caudillo se edificó en el cerro del Cubilete el monumento a Cristo Rey. Ahí, en Guanajuato, se proclamó, por

LA GRAN RECEPCIÓN Y EL BANQUETE “MONSTRUO” PARA EL GRAL. OBREGÓN

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E l rito de la adoración al “hombre fuerte” de México es una costumbre bien añeja en la vida política del país.  En el siglo XX con el priismo alcanzó sus puntos máximos pues, al igual que la Revolución, se institucionalizó. Pero su verdadero origen fue mucho antes de que se creara el PRI, vamos pues, ni siquiera existía el Partido Nacional Revolucionario (PNR), aunque ya un personaje se había apoderado de la Revolución Mexicana: Álvaro Obregón .             E n efecto, el general sonorense inauguró esos actos de culto tan sui géneris de la política mexicana. Ya se hacían con Porfirio Díaz, pero fue Obregón quien los “perfeccionó” y los heredó para todos sus sucesores del siglo pasado y para los que van del actual que, increíblemente, siguen recurriendo a este tipo de adulaciones con el consabido besamanos de los representantes de los sectores políticos y económicos del país, las clases populares que se congregan en masa y de manera “espontánea” para vitorear a es

El camino a la muerte del general Álvaro Obregón

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Existe una nutrida bibliografía en torno al magnicidio del 17 de julio de 1928. Con curiosidad científica y periodística acudí a las fuentes hemerográficas, con el propósito de “encontrar algo nuevo”, no lo había, sólo acontecimientos, descripciones y declaraciones que siempre han estado ahí, pero que no fueron de “utilidad” para la extenso número de estudiosos que abordaron el crimen de José León Toral. Uno de esos hallazgos –por así decirle- fue el recorrido que emprendió el general Álvaro Obregón a la Ciudad de México tan pronto se hizo oficial su triunfo en las elecciones presidenciales. La forma en que se le rendía tributo al presidente electo, pensé, era necesario contarla. Á lvaro Obregón fue elegido presidente, por segunda ocasión, el domingo 1 de julio de 1928. Dieciséis días después sería asesinado por José León Toral en San Ángel, Ciudad de México. Los resultados de su elección los conoció en Cajeme (1), Sonora, donde se desempeñaba como “agricultor” de garban