Bombas en la Basílica de Guadalupe

E ra un domingo como cualquier otro. La Basílica de Guadalupe se encontraba llena de fieles cuando de pronto un estruendo y un intenso humo blanco causaron pánico. Eran exactamente las 10:30 de la mañana. La gente, al comprobar, que físicamente ellos estaban bien, experimentó un temor aun más fuerte. El humo blanco se dispersó y todos pudieron constatar que la imagen de la Virgen de Guadalupe estaba intacta. Un milagro, sin duda, coincidieron los ahí presentes aquel 14 de noviembre de 1921. S egún algunas fuentes eclesiásticas desde “días antes” en el recinto guadalupano se habían visto “individuos sospechosos”. Al parecer los perpetradores del atentado dejaron dos artefactos explosivos debajo del altar de la Virgen de Guadalupe . En un hueco que se forma entre dos muros gruesos de mármol, donde había un gran crucifijo y fueron escondidas con candeleros grandes de flores. Para llegar ahí se necesita subir por una ...