El “inexplicable” adiós de Cabinho en el Atlante.
Por: Víctor Miguel Villanueva
@VictorMiguelV
El martes 7 de diciembre de 1982, desde un
estudio de televisión, en un programa a nivel nacional, Cabinho, siete veces
campeón de goleo de forma consecutiva, anunció que se retiraba del futbol.
Evanivaldo Castro dijo que su último juego sería el siguiente viernes en que el
Atlante, su equipo los últimos tres
torneos, recibiera al Puebla en el Estadio Azteca. El anuncio súbito de su
retiro dejó pasmada a la afición, no sólo a la atlantista; la prensa deportiva
escrita, en la mayoría de los casos, no supo descifrar qué había atrás de la
repentina decisión de Cabinho. El fin del sexenio de José
López Portillo y el inicio del de Miguel De la Madrid Hurtado fue fundamental,
quizá la verdadera razón, de que el multicampeón de goleo decidiera su adiós
del futbol.
La noticia conmocionó a todo el futbol mexicano. Diario Estadio Hemeroteca Nacional Universidad Nacional Autónoma de México. |
El
poderoso Atlante IMSS en ese 1982
había perdido la final del campeonato en penales ante Tigres de la UANL. Así
que la campaña 1982-1983 significaba la revancha para el cuadro azulgrana que
se había desprendido de su portero Ricardo Antonio La Volpe, pero a cambio
había contratado al mundialista polaco Gregorz Lato (1). Los Potros de Hierro había comenzado bien:
segundos de la tabla general y Cabinho peleando por su octava
corona individual de goleo; de hecho, el brasileño había declarado el último
día de noviembre de 1982 al Heraldo de
México “lo que deseo ahora es que todas las oportunidades de gol se cumplan
en la red. Quiero otra corona de goleo, pero más ser campeón con el Atlante”.
Sin
embargo, el cambio de sexenio significaba un problema para el Atlante. El Instituto Mexicano del
Seguro Social, en 1979, había adquirido a los Potros de Hierro (2). El licenciado
Arsenio Farell Cubillas, director del IMSS, debía entregar el puesto a la nueva
administración. El lopezportillismo había alcanzado límites insospechados e
inimaginables de corrupción, comenzando por el Presidente de la República. Y,
sin duda, que una institución dedicada a brindar seguridad social y médica a
los trabajadores, adquiriera un equipo de futbol profesional con recursos
públicos, era otra muestra de la perversión extralimitada del gobierno de López
Portillo.
Para
nadie era un secreto que el mejor pagado del equipo azulgrana y además en
dólares era Cabinho. Desde su candidatura Miguel De la Madrid Hurtado había
hablado de Renovación Moral de la
sociedad comenzando con el gobierno. Así como de un programa de austeridad al
máximo ante una de las crisis económicas más grandes de las que tenga memoria
la historia de México. El IMSS no se desprendió inmediatamente del Atlante pero seguramente advirtió que
era imposible sostener por mucho tiempo los egresos que significaban para la
institución mantener un equipo de futbol profesional y el sueldo de sus figuras.
Es probable que la primera medida adoptada contra los ex Prietitos fuera reducir el sueldo de Cabinho o, por lo menos,
no pagárselo en moneda estadounidense.
Toda la semana se especuló su adiós. Diario Estadio Hemeroteca Nacional Universidad Nacional Autónoma de México. |
En
el seno del conjunto azulgrana había un desacuerdo entre el técnico Horacio Casarín y Cabinho. Era un duelo de
egos: la máxima figura del Atlante
en los años cuarenta y el máximo referente de la actualidad; ambos goleadores,
ambos ídolos. En la final que se perdió con Tigres, Casarín había decidido que el Cabo cobrara el último penal, pero
como fallaron Eduardo Moses, Sergio Lira y Rubén Ayala, el ariete brasileño ya
no cobró. Ahora, el siete veces campeón de goleo había permanecido en la banca
algunos juegos. Lo que le hizo declarar: “Yo me siento con fuerzas, con
fortaleza en las piernas para seguir siendo titular, cuando sienta que no lo
estoy, sé que me iré a la banca. Cabinho no es jugador para la banca
y por eso no se retira”. Increíblemente, seis días después declaró todo lo
contrario: estaba lesionado y se retiraba.
El
3 de diciembre de 1982, en León el conjunto esmeralda recibió al Atlante IMSS. Los Potros se impusieron 2-0 con goles de sus bien amados José Luis
González, Calaca II, y Alejandro Bonavena Ramírez. El Cabo
jugó los 90 minutos sin problema alguno. Sin embargo, el siguiente lunes, 6 de
diciembre, en el entrenamiento del Atlante
en el Desierto de los Leones un rumor dominó la práctica azulgrana: Cabinho
se iba a retirar del futbol. Pero él negó la versión: “Yo voy a seguir jugando,
tengo un compromiso con mi directiva, aunque se haya ido el licenciado Farell,
tenemos la seguridad de que ahora sí llegaremos al título. Ese es uno de mis
grandes deseos”. Todo indicaba que no pasaría nada. Empero, la bomba estallaría al
otro día en televisión.
En
el aquel torneo de Liga de 1982-1983 existía un concurso llamado Estrellas del Azteca, el cual premiaba
cada mes al mejor técnico, portero, defensa, jugador y goleador de los equipos
que jugaban de local en el estadio de Santa Úrsula. La premiación, placa y
cantidad de dinero –en el caso de los goleadores era de 5 mil pesos por gol– en
bonos del Ahorro Nacional, se realizaba en el programa televisivo Hoy Mismo del periodista Guillermo Ochoa
y con la conducción de la sección deportiva de Juan Dosal. El martes 6 de
diciembre en el estudio estaban Horacio
Casarín, Jorge Rubí Valencia, Mario Hernández, Lato y Cabinho, todos
integrantes del Atlante por lo
realizado en el mes de noviembre. El conductor de deportes se acercó a Cabinho
y le pidió una respuesta en torno a los rumores de su retiro. Ahí goleador
brasileño dijo que efectivamente se iba del futbol: “Tengo molestias en las
piernas, creo que debo parar”.
El ingreso al Azteca por última vez como azulgrana. El Heraldo de México Hemeroteca Nacional Universidad Nacional Autónoma de México |
El
miércoles 8 de diciembre el retiro de Cabinho era portada de todos los
diarios deportivos. El Atlante entrenó
ese día en sus instalaciones de la Unidad Cuauhtémoc del IMSS en Naucalpan; Evanivaldo Castro ingresó al campo en
ropa deportiva gris, con un short azul marino sobre el pantalón, con una casaca
roja con la leyenda “Potros IMSS”;
al enfrentar a los medios declaró que le dolían las rodillas, las ingles y los
glúteos. Horacio Casarín dijo que esa
decisión, la del retiro, era de la directiva. Rafael Lebrija, presidente
deportivo del equipo, afirmó que el siguiente martes el licenciado Ricardo
García Sainz, nuevo director del Seguro Social, hablaría con Cabinho.
Ese mismo día García Sainz asumió su cargo en el IMSS.
El
jueves 9 de diciembre Cabinho entrenó normalmente con el Atlante. El doctor Miguel Ángel
Meillone declaró a La Afición sobre
las lesiones que argumentaba el jugador: “Cabinho nunca simuló una lesión. Nunca eludió nada, cumplió en
todo, trabajó más que cualquiera. Por eso le creo”. Luego agregó: “Lo malo en
esto es que no se ha inventado el dolómetro,
o como se llame el instrumento que mide el dolor: Cabinho no tiene por qué
inventar nada”. El jugador seguía insistiendo que no soportaba más los dolores
de glúteos y en las ingles.
A
lo más que llegaron los medios impresos fue a insinuar levemente que las
razones del retiro de Evanivaldo Castro
se debían a cuestiones económicas. Por ejemplo, el reportero del Diario Estadio le preguntó a Rafael
Lebrija si el problema era económico, a lo que el presidente deportivo contestó:
“En ningún momento me habló de dinero; en teoría debería devolver lo que resta
de esta temporada, pero el Atlante estima que no es necesario”. En la crónica
del último entrenamiento en la misma fuente se lee “no le van a pagar en
dólares. Entrenó como si nada”, queriendo explicar el porqué del retiro, pero no
abunda más en el tema. Columnistas de esa época tampoco abordan el tema
económico o el cambio de moneda del pago al goleador. Carlos Albert afirmó que
se debía a la salida de Farell Cubillas del IMSS quién le daba toda clase de
privilegios a Cabinho. “Resulta muy sospechoso que le empiecen a doler los
músculos cuando llega el relevo del Lic. Farell al frente del Seguro Social.
Mientras que José Manuel Flores en su columna Al Larguero en Ovaciones sostuvo
que el adiós de Cabinho se debía a “su apego a la moral religiosa, quiere estar
más tiempo con su familia” y, además, a la delincuencia que había en el país
“le da prioridad a la seguridad”. El jugador jamás habló de cuestiones
religiosas o de inseguridad, pero sí dijo que Arsenio Farell Cubillas “fue muy
especial para mí, fue como mi padre”. Además reveló en La Afición “No es un capricho (la lesión). Desde hace tres años he
jugado con lesiones y dolores. Se lo comuniqué al señor Farell (el retiro),
hace 15 días se lo volví a comentar, pero como el cambio estaba cerca (de
sexenio) no se pudo arreglar nada”.
El gol 284 en México y 102 con Atlante. El Heraldo de México. Hemeroteca Nacional Universidad Nacional Autónoma de México. |
Así,
el viernes 10 de diciembre de 1982 Cabinho jugó, supuestamente, su “último”
partido como futbolista profesional, pues dos años después regresó a jugar con
León y ganaría su octava corona de goleo, para finalmente retirarse, ahora sí,
vistiendo la camiseta de los Tigres de la Autónoma de Nuevo León. Pero,
regresando a aquella noche del diciembre de 1982, el reportero Raúl Sarmiento
le hizo un seguimiento especial al Cabo y cuenta: llegó el Atlante a las 19:40 al Estadio Azteca, Cabinho
fue el séptimo jugador del Atlante
en descender del autobús. De ahí se encaminó al altar del estadio a rezar,
portaba “un pantalón de mezclilla, camisa y chamarra deportiva”. A los
reporteros gráficos no los dejaron ingresar esa noche al vestidor, pese a que
en esa época era habitual. Desde una ventana, el cronista de El Heraldo de México afirma que el Cabo
se vistió de la siguiente manera: primero la camiseta, luego el short, las
vendas, las medias y al final los zapatos; calentó con todo el equipo en el
vestidor y fue masajeado por Pablo Estrella.
Evanivaldo Castro Cabinho fue el primero en ingresar al campo ante la mirada de
casi 15 mil atlantistas en el estadio Azteca, llevaba dos balones, uno lo
regaló al público. Horacio Casarín
alineó esa noche a los siguientes jugadores: Jorge Rubí Valencia; Miguel Ángel Pueblita Fuentes, Eduardo Rergis,
Alejandro Bonavena Ramírez y Daniel Gigio Montes de Oca; Arturo Gonini Vázquez Ayala, José Luis González
Calaca II y Mario Hernández; Eduardo
Moses, Cabinho y Gregorz Lato. El árbitro fue Jorge Alberto Narváez.
El rival era el Puebla, dirigido por Manuel Lapuente. Se trataba de la jornada
16 de la temporada 1982-1983 donde el Atlante
era segudo lugar general con 23 puntos, tres menos que América. Desde luego,
era líder de su grupo sobre Potosino (16), Atlas (14), Monterrey (12) y Necaxa
(11). El líder de goleo individual era el argentino Alberto Mario Jorge del
Oaxtepec con 16 tantos, luego Cabinho con 10 y Muricy Ramalho de
Puebla también con 10. La ofensiva azulgrana era la segunda de la Liga con 29
goles anotados, dos menos que la de los Halcones.
Sonaron Las Golondrinas y el Cabo lloró. El Heraldo de México Hemeroteca Nacional Universidad Nacional Autónoma de México. |
A
los 44 minutos del primer tiempo, el máximo goleador de la copa del Mundo de
1974, Gregorz Lato, realizó un disparo de larga distancia para poner el 1-0 en
favor del Atlante. En la segunda
parte, Rubén Ratón Ayala, quien
ingresó de cambio, filtró un pase a Cabinho a la altura de la media luna
del área poblana; el Cabo soltó todo el poder de su
pierna derecha, su disparo paró irremediablemente hasta la red de Moisés
Camacho. ¡Gol! ¡Gol! de Cabinho, el 284 en México. Su eterna
sonrisa surgió en su rostro; Calaca,
Rergis, Vázquez Ayala fueron los primeros en llegar a felicitarlo, el portero
Valencia también acudió al abrazo. Melquiades Sánchez Orozco en el sonido local
del Estadio Azteca repetía la frase tantas veces dicha: Gol anotado por Cabinho,
número nueve del equipo Atlante. La
porra del Atlante brincaba de júbilo
y no cesaba de vitorear a su goleador. A
los 82 minutos, Ratón Ayala hizo el
3-0 luego de un pase de Calaca y
pantalla del Cabo. Finalmente, Antonio de la Torre hizo el único gol del
visitante. Cuando Narváez silbó el final, Las
Golondrinas sonaron en el Azteca y Cabinho corrió al vestidor
visiblemente conmovido, seguramente con lágrimas.
El
14 de diciembre de 1982, Rafael Lebrija acudió a la Unidad Cuauhtémoc, ahí
reconoció que tuvo una plática larga con Cabinho y aseguró: “Usé todos los
recursos y argumentos posibles para convencerlo, pero reiteró su firme
propósito de dejar el futbol, argumentando que no se sentía bien y se quejó de
los intensos dolores que sentía después de los juegos”. Luego aseguró que
“nunca me habló de dinero”.
Un
día después Evanivaldo Castro acudió
a retirar sus objetos personales. Iba vestido de pantalón de vestir negro,
camisa blanca y corbata. Se despidió de todos sus compañeros y de Horacio Casarín, los reporteros
gráficos inmortalizaron el momento con una fotografía y a la prensa les repitió
lo mismo: “Me duelen mucho los glúteos, las dos ingles y las rodillas”.
Así,
la máxima figura del Atlante IMSS
decía adiós. Justo en el momento en que la opulencia de los Potros de Hierro estaba amenazada. Cabinho
se fue por las modificaciones que sufriría su contrato a partir de la nueva
administración del Seguro Social. Fue un acuerdo mutuo, pues no devolvió el
dinero por su contrato, que tenía vigencia hasta el final de la temporada
1983-1984. El IMSS prefirió dar por terminada la relación y el contrato, a
seguirle pagando.
Su despedida en la Unidad Cuauhtémoc. Diario Estadio Hemeroteca Nacional Universidad Nacional Autónoma de México. |
De
esta forma se cerró un ciclo maravilloso e inolvidable en la historia del Atlante. Pues en cada atlantista que
supo, gritó y festejó las 102 anotaciones de Cabinho como azulgrana,
sabe que nadie como Evanivaldo Castro
para marcar un gol; nadie con esa precisión, con esa potencia, con esa
oportunidad, con esa manera tan natural de llevar el esférico a la red enemiga.
Tan lo saben que, incluso, le perdonan, le perdonamos, que se haya marchado por
dinero. Pues es el Cabo, quien con sus goles llevó al Atlante a alturas insospechadas por su afición en los tres años que
fue Potro de Hierro.
NOTAS:
(1) La historia de cómo llegó Gregorz Lato al Atlante está en este
mismo blog.
(2) La historia de cómo se realizó la adquisición de Atlante por el
IMSS se encuentra en este mismo blog.
FUENTES:
Estadio, El Heraldo de
México, Ovaciones y La Afición.
ACLARACIÓN: Las fotografías son propiedad de la Hemeroteca
Nacional de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Comentarios
Publicar un comentario