El día que el Atlante estrenó el Estadio Azteca
Por: Víctor Miguel Villanueva
@victormiguelvh
En mayo de 1966 el futbol
mexicano cambió para siempre. Se inauguró su máximo escenario: el Estadio Azteca. Lejos quedaban los
Parques España, Asturias y Necaxa con sus gradas de madera; lo mismo que el
Olímpico de la Ciudad de los Deportes con sus 40 mil lugares o el Olímpico
Universitario con sus casi 70 mil asientos. A un costado de Calzada de Tlalpan
se construyó un inmueble para más de 100 mil aficionados, con un diseño de una
belleza insuperable; ahí el futbol capitalino tendría un recinto colosal para
atestiguar sus hazañas y a sus héroes. En aquel mayo de 1966 no se hablaba de
otra cosa que del nuevo escenario del balompié mexicano.
El
5 de mayo, día de fiesta nacional, el colosal Azteca abrió por primera vez sus
puertas y su inmaculado campo para un equipo de futbol. Se trataba del Atlante. El equipo azulgrana inscribió
para la eternidad su nombre como el primer conjunto en entrenar en el Estadio Azteca. Se sabía que los tres
equipos capitalinos: América, Atlante
y Necaxa, tendría un juego cada uno como parte de la inauguración. El orden, se
dijo, era cronológico, por antigüedad; el Atlante
era el club más viejo, pero había nacido con otro nombre en abril de 1916, por
lo que los cremas serían los primeros en jugar un partido oficial. Sin embargo,
aquel 5 de mayo de 1966 los llamados Potros
de Hierro pisaron el césped donde años después se inmortalizarían Pelé y
Diego Armando Maradona.
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El Atlante estrenando el campo y su porra las tribunas. Periódico Ovaciones Hemeroteca Nacional Universidad Nacional Autónoma de México. |
Fernando
González, Fernandón, presidente del
equipo encabezaba aquella histórica mañana a la delegación azulgrana. El
técnico Octavio Vial ordenó el entrenamiento; además, se aprovechó para
presentar a sus nuevos refuerzos: el brasileño Evaristo, el argentino Jorge
Alberto Leanza y el exnecaxista Guillermo Ortiz, el Chatito. Pero no sólo eso, ese día también hubo público que
inauguró las gradas del Azteca: la porra del Atlante. “Los porristas del Atlante
acudieron al entrenamiento y a conocer dónde estarán situados sus lugares, pues
la porra más original de México ya urge de saber dónde se van a sentar”,
escribió la crónica del diario Ovaciones.
La Pulga Vial ordenó un
interescuadras con dos tiempos de 45 minutos cada uno. Antes ejercicios de
calentamiento y al final práctica de gol.
Los
periódicos deportivos de la capital dejaron testimonio en sus páginas de que
fue el Atlante el primer equipo en
entrenar en el Estadio Azteca. Los
jugadores preparándose; el técnico dando indicaciones; Fernandón fumando su puro orgullosamente y la porra azulgrana
observando en las gradas. Desafortunadamente no recogieron impresiones sobre
sus sensaciones de entrenar en un recinto tan inmenso que estaba a unos días de
ser inaugurado, a dos años de ser sede de unos Juegos Olímpicos y a cuatro de
una Copa del Mundo.
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Primer equipo en pisar la cancha del Estadio Azteca Periódico Ovaciones Hemeroteca Nacional Universidad Nacional Autónoma de México |
El
jueves 12 de mayo de 1966, el Estadio
Azteca recibió a la prensa deportiva, se realizó un recorrido y una comida.
El presidente del Futbol del Distrito Federal, Emilio Azcárraga Milmo, encabezó
el recorrido y la comida. Estuvieron también los presidentes de los tres
equipos de la capital: Guillermo Cañedo, de América; Fernando González, de Atlante, y Julio Orvañanos de Necaxa.
El arquitecto Martín del Campo, con un megáfono de ayuda, hizo la explicación
de cada uno de los lugares del impresionante inmueble futbolero. En algunas
fotografías se observa al general José
Manuel Núñez, expropietario del Atlante,
sentado durante la comida junto a Fernandón.
El General Núñez tendría su palco
para ver a su amado equipo.
Fue
hasta el 21 de mayo cuando el América entrenó por primera vez en el Estadio Azteca. Tres días después se
dio el calendario oficial para los juegos inaugurales: 29 de mayo América vs Torino; 31 de mayo Atlante vs Valencia y el 2 de junio Necaxa vs Valencia. Por cierto, el conjunto electricista pisó el Azteca
por primera vez el 27 de mayo de 1966. Después, el recinto se cerró de toda
actividad para prepararlo para su estreno.
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La directiva del Atlante, al centro Fernandón González. Periódico Ovaciones Hemeroteca Nacional Universidad Nacional Autónoma de México |
El
27 de mayo el Valencia no pudo salir de Madrid. Los cables de noticias
reportaban que el avión donde viajarían a México sufrió una falla en su tren de
aterrizaje y el piloto suspendió el vuelo. Finalmente, el conjunto naranjero
arribó el domingo 29, horas después de que el Estadio Azteca hubiera sido inaugurado con un empate a dos goles
entre el América y el Torino de Italia.
El
conjunto español venía con Edmundo Suárez como entrenador, en sus filas
destacaban los seleccionados nacionales Francisco García Paquito, Vicente Guillot y Fernando Ansola; reforzados por el
hondureño José Cardona, figura del Atlético de Madrid. No se trataba de un gran
equipo, ya había jugado en México cinco años antes y con tan pocas horas en el
país, no era favorito. El Atlante
tampoco, estaba en plena pretemporada y había sufrido dos derrotas, ante
Zacatepec (2-4) y Orizaba (2-3), ambos de Segunda División.
El
Estadio Azteca estrenaría su
alumbrado la noche del martes 31 de mayo de 1966. Las crónicas hablan de lo
maravilloso que lucía el estadio iluminado. 55 mil personas acudieron esa noche
histórica a ver el duelo entre Atlante contra
Valencia. El cuadro azulgrana vistió su clásico uniforme y alineó de la
siguiente manera: Ataulfo Sánchez (Refuerzo de América); Hernández, Héctor
Larrazolo, José Antonio Roca y Quintero; Luis Alvarado, Evaristo y José Chato Sánchez; Guillermo Chatito Ortiz, Barbosa y Bernardo Manolete Hernández. Mientras que el
visitante lo hizo con: José Manuel Pesudo; José Antonio García Totono, Roberto Gil, Manuel Mestre y
Francisco Vidaña; Francisco García Paquito, Waldo Machado y Vicente Guillot; José
Cardona, Fernando Ansolo y Manuel Polinorio. El árbitro fue Diego de Leo con
los abanderados Marcel Pérez Guevara y Domingo de la Mora.
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El portero azulgrana Alejandro Mollinedo. Periódico Ovaciones Hemeroteca Nacional Universidad Nacional Autónoma de México. |
El
Atlante causó “una impresión
paupérrima” en general. Sin embargo, tuvo dos opciones de gol al inicio del
partido que se ahogaron en la tribuna del inmenso estadio de Tlalpan. Primero, Chato Sánchez desbordó por derecha,
mandó un centro por arriba al área que techó a la defensa del Valencia; el
recién contratado Chatito Ortiz se
elevó, alcanzó el balón con la cabeza, pero su remate pasó encima del larguero
de Pesudo. Aún no terminaban de lamentarse esta jugada los seguidores del Atlante cuando tuvieron que lamentar
otra falla. El novel delantero azulgrana Manolete
Hernández remató otro servicio de Sánchez, ahora sí el balón llevada dirección
de gol, pero el guardameta valenciano desvió a córner. No había pasado 10
minutos y el Atlante ya había dejado
ir dos opciones de gol.
Valencia
no haría lo mismo. A los 10 minutos Paquito se apoyó en Cardona, el hondureño
se deshizo de dos defensores azulgrana, antes de disparar al ángulo de la
portería de Ataulfo para el 1-0. Atlante
no reaccionaria y diez minutos después recibiría el segundo. Ahora Ansolo hizo
la jugada, cedió el esférico a Guillot quien estaba dentro del área azulgrana y
con un disparo raso venció el arco atlantista. En La Afición el periodista Antonio Andere escribió que el Atlante era “un puñado de extraños
junto a la base del cuadro, no podía brindar armonía, ni cohesión, ni acoplamiento,
ni nada”. La verdad es que Octavio Vial vio el juego como un partido más de
preparación, debutó a Guillermo Ortiz, a Barbosa y a Leanza. El equipo, según
los diarios, reaccionó los últimos 15 minutos del primer tiempo.
Sin
embargo, a los 5 minutos de la segunda parte, Waldo filtró un pase a Paquito quien quedó solo, en mano a
mano, con Alejandro Mollinedo, portero titular del Atlante quien ingresó en la segunda parte; el seleccionado español
ganó y anotó el 3-0. Los periódicos escribieron sobre el Atlante “hubo desorden en los planteamientos, mucho personalismo,
lentitud en sus avances y faltó plan de acción”. En pocas palabras, los Potros de Hierro fueron un desastre la
noche que inauguraron el Estadio Azteca.
No supieron estar a la altura del acontecimiento.
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Triste debut en el Estadio Azteca. Periódico Ovaciones Hemeroteca Nacional Universidad Nacional Autónoma de México. |
A
partir de esa noche histórica del 31 de mayo de 1966, el Estadio Azteca se volvió la casa del Atlante. Fiel a su historia en estos 50 años hay juegos memorables
y perennes en la memoria colectiva de los atlantistas. Hubo poco que festejar.
Se jugaron en estas cinco décadas dos finales: en 1981 se ganó 1-0 a Tigres con
gol de Cabinho, marcador que forzó la
definición en penales donde se perdió la Liga con un equipo de ensueño. El 26
de mayo de 1993 con otro inolvidable equipo se impuso 1-0 a Monterrey con gol
de Daniel Guzmán; marcador que
encaminó al equipo dirigido por Ricardo
Antonio La Volpe a la obtención, tres días después, del segundo campeonato
de Liga de la era profesional. Ahí, en el coso de Tlalpan, el Atlante vivió de todo. Pero siempre con
una certeza, con una constante: siempre contó con la presencia de su porra y seguidores
en las gradas.
En
esas gradas del Estadio Azteca que,
50 años después, se estremecen cuando en la cancha se observan a 11 futbolistas
vestidos de azulgrana.
FUENTES:
La Afición, Esto y Ovaciones de mayo y junio de 1966.
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