La temporada de ensueño de los 121 goles. (Parte II)
Fueron 44 goles los que el Atlante había
conseguido en los primeros diez juegos de la temporada 1945-1946, más de cuatro
por partido en promedio, pero hasta ahora estaba lejos del campeonato: era
séptimo lugar. Los 44 tantos mantenían el apodo de “La aplanadora morena”; los anuncios de prensa donde Horacio Casarín y Martín El Maestro Vantolrá vendían crema para afeitarse o
los de cigarros Casinos que anunciaba
Angelillo, sostenían la imagen de que
el Atlante era un equipo de estrellas; por otra parte, el futbol de Roberto Scarone, “espectacular” a veces
y otras tan recio, sostenía la esencia del futbol de los Prietitos: bravo y elegante. A todas estas características, había
que agregarle que siguieron los bomberos y la policía arrojando agua y gases
lacrimógenos, respectivamente, para evitar los sobrecupos en los partidos del
Atlante; que se derribaron bardas para verlos, que la polémica siempre estuvo
en cada juego de los azulgrana.
El
13 de diciembre de 1945 en el Parque Asturias el Atlante recibió al San
Sebastián, uno de los tres benjamines
de la Liga Mayor, los otros eran Tampico y Monterrey. Los Prietitos estrenaban técnico en la persona de Luis Grocz, quién volvió a alinear a la delantera titular: Meza, Angelillo, Casarín, Nicolau y Vantolrá y con ellos los goles: el marcador final fue 9 a 2. En la
primera parte el “hijo de don Venancio” dio dos asistencias para Mateo Nicolau, pero aun así fue abucheado.
Casarín respondió en el segundo
tiempo al marcar tres goles en diez minutos, del 65 al 75; hizo uno más al 85
y, desde luego, fue vitoreado por la afición azulgrana.
Diez
días después, en Orizaba, el Moctezuma paró en seco a la aplanadora morena.
Ante un lleno en el parque local los Cerveceros
se impusieron 6-3 al Atlante. Cuatro bajas considerables fueron determinantes. Andonegui jugó en el arco ante la
ausencia del Potrillo Villavicencio; Alberto Medina estuvo ausente en la defensa; tampoco jugó Arizmendi en medio campo y el Maestro Vantolrá en la delantera. No dejaban de marcar goles, pero no
sumaban puntos.
En
el último juego de 1945, el día 30 de diciembre, Atlas – con playera verde y
pantaloncillo blanco– visitó al Atlante en el Parque Asturias y se desató una
bronca en las tribunas ante el pésimo arbitraje del nazareno Serrano Linares.
Aunque Nicolau (2), Meza y Angelillo hicieron 4 tantos en el primer tiempo, Manuel Sayde en Excélsior escribió que este Atlante
“estaba exento de sabor bélico y viril que lo llevaron a la popularidad (sic)”.
Todavía Casarín haría un gol más y
le anularon dos para dejar el marcador 5-3. Pero la bronca en las gradas
estalló cuando todo mundo vio como Potrillo
Villavicencio, quien reapareció ese
día, tomó el balón lanzado en un tiro de esquina, se introdujo a la portería y
el árbitro no marcó gol. El público con esto y los dos goles anulados a Casarín enardeció en las tribunas del
Asturias.
Gregorio Blasco. Jugó pra el Athletic de Bilbao y River Plate. En México para el España, Euzkadi y Atlante |
Partido
clave era el del 13 de enero de 1946, lo era porque Puebla ya había terminado
sus 15 juegos de la primera vuelta y tenía 21 puntos. Atlante con 13 juegos
tenía 16; es decir, había que ganar a como diera lugar. Así que enfrentó al Marte
en un jueves en que llovió todo el partido; el veterano portero vasco Gregorio Blasco apareció como portero
titular. Roberto Scarone jugó “sin
hacha y sin machete”, el argentino Mateo
Nicolau hizo dos goles, uno más Angelillo
y 3-1 contra los Marcianos. Atlante se
ponía a tres puntos del líder Puebla.
El
equipo azulgrana cerró su primera vuelta en el Parque Veracruzano para
enfrentar a los locales Tiburones Rojos.
Luis Grocz mandó a lo mejor que
tenía: Blasco en el arco; Medina y Peluche Ramos en la
defensa; Arizmendi, Margarita Gutiérrez y Roberto Scarone
en medio campo; Rafael Meza, Ángel Segura, Horacio Casarín, Mateo
Nicolau y Martín Vantolrá. De poco
sirvió: Veracruz hizo tres goles en 17 minutos; en el segundo tiempo, Meza y Angelillo pusieron las cosas 3-2 pero no lograron evitar la
derrota. Las crónicas destacan al portero jarocho Urquiaga que evitó goles de Casarín, Vantolrá y Nicolau.
Luego de 15 juegos Atlante era sexto a tres puntos del nuevo líder ADO (22),
debajo del Puebla (21) y Moctezuma (19), y empatado con León y Veracruz todos
con 18 unidades.
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Mateo Nicolau. Jugó en San Lorenzo en Argentina y en el Barcelona de España. |
Pese
a esto la afición capitalina volvió a llenar el Parque Asturias, el Guadalajara
era el siguiente rival. El tico Rafael
Meza hizo tres goles, hat trick se
diría en la actualidad, el Maestro Vantolrá y Mateo Nicolau cerraron la cuenta. Otros cinco goles contra el
equipo tapatío que contó en el Asturias con un nutrido grupo que los apoyaban.
El siguiente juego no sería tan fácil, ni siquiera porque repitieran de locales
y ante el modesto Tampico.
El
7 de febrero de 1946 hubo de todo. Doble hat
trick; remontada espectacular del Atlante; un penal por mano que no se
marcó y otro que por las mismas circunstancias que sí se hizo; gol de último
minuto; la afición del Atlante que pasaba de la ovación a la reprobación de su
propio equipo; y el genio de Roberto
Scarone para conseguir una victoria trascendental en el campeonato.
Tampico
comenzó a los 9 minutos anotando a través de Felipe Altude, Horacio Casarín empató al 20’; Altude hizo
el 1-2 al 23 y el 1-3 al 44’; así se fueron al descanso. Para el segundo
tiempo, con el apoyo de la tribuna, Horacio
Casarín marcó en dos ocasiones para igualar a tres el partido. La afición
azulgrana estaba enloquecida, además porque Angelillo
salió lesionado y jugaban con 10 únicamente. El mediocampista Arizmendi tocó el balón con la mano en
el área local, Ranulfo Lara no marcó la pena máxima. En cambio, al minuto 90,
el defensa del Tampico de apellido Arista “manoseaba el balón”; Roberto Scarone se dirigió al árbitro a
reclamarle y éste al ver al jugador uruguayo marcó penal en tiempo de
reposición. El público repudió la decisión arbitral. Scarone colocó el balón, disparó suave al centro, mientras el
arquero Landeros se tiraba a su izquierda y gol. Atlante 4 Tampico 3. Los
jugadores visitantes se fueron sobre Ranulfo Lara, lo empujaron, lo jalonearon
y el público seguía disgustado por la forma en que un árbitro puede perjudicar
un juego que la prensa calificó como “el mejor de la temporada”.
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Roberto Scarone. Surgió del Peñarol de Montevideo Aquí con la camiseta de Gimnasia y Esgrima de La Planta, en Argentina, entes de venir a México. |
No
cabe duda que la temporada 1945-1946 estaba en su punto de ebullición. Para
seguir en el mismo tenor, el 14 de febrero de 1946 –irónicamente día del amor y
la amistad–, en el Parque Asturias se enfrentaban el 1 contra el 2: Puebla
visitaba al Atlante. La afición pretendió derribar una barda del escenario y la
policía arrojó “bombas” lacrimógenas para detenerlos. Roberto Scarone, el “destripador de niños” a los 30 segundos del
juego golpeó a Álvarez, el mejor hombre del Puebla “quedó imposibilitado todo
el partido”. A la media hora, tocó el turno a Zendejas que se lesionó tras una
falta del mismo jugador uruguayo del Atlante. Aun así el reportero Manuel Sayde
dijo que Scarone “movía al Atlante
con espectacularidad”. Ese día, hasta el Maestro
Vantolá lesionó a un contrario: a
Pérez en un ojo. Con todo esto, fue hasta el minuto 61 en que el costarricense Rafael Meza marcó el 1-0, el mismo
jugador tico hizo al 81 el 2-0 y cerró la cuenta Valtonrá al 87 ante el delirio de la afición atlantista que observa
la tabla de posiciones así: Puebla 25, Atlante con 24.
El
siguiente partido fue en Guadalajara, ante el Oro. La aplanadora morena seguía
pasando por encima de sus rivales. Horacio
Casarín hizo el 1-0 a los 8 minutos, luego Gregorio Blasco realizó una “parada monumental” en un penal en contra;
Martín Vantolrá marcó el 2-0 del
juego y el gol 80 de la temporada a los 65’, cerró la cuenta ese día Casarín a
los 78 minutos. 3 goles a uno. Seguía la disputa en la cima donde ahora Veracruz
y León (con 24 ambos) también se sumaban a Puebla (27) y Atlante (26), en la
lucha por el campeonato.
Al
llegar al juego 20, al igual que en el 10, el Atlante sufriría una derrota
dolorosa como local, en el momento más inoportuno, pues Puebla había perdido y dejó
el liderato a merced de los Prietitos.
El domingo 3 de marzo de 1946 como era costumbre se llenó el Parque Asturias
para ver al Atlante. Pero León a los 8 minutos se puso al frente en el marcador
cuando Gregorio Blasco soltó un
balón y Fernández aprovechó para el 0-1; lo peor vendría después. A los 15
minutos se lesionó Roberto Scarone
“tocaron a Scarone y luego hicieron añicos a las líneas azulgrana”; nada más
cierto. El primer tiempo quedó 2-0, luego que el veterano arquero vasco del
Atlante le hiciera “una Verónica” a un tiro libre del jugador visitante
Faustino Padilla; además, este mismo jugador del León, se dedicó a patear todo
el juego a Mateo Nicolau. Para el
segundo lapso, Luis Grocz ordenó que
Scarone se fuera de centro delantero
y Casarín ocupara el lugar del
uruguayo en la media; no resultó el experimento: “el hijo de don Venancio” regresó
a su lugar y el charrúa tuvo que salir, después regresó pero sólo “por
vergüenza deportiva”. El visitante encontró un tercer gol, ante el desconsuelo
del público en el Asturias, que aún pudo gritar el gol de Horacio Casarín a los 87 minutos. Un tres a uno en contra. La tabla
general entonces quedaba así: Puebla 27, Veracruz, León, Atlante y ADO con 26
puntos. El trabuco del general José Manuel Núñez tendría que dejar todo en los
últimos diez juegos de la temporada…(CONTINUARÁ)
Fuentes: La Afición, Esto, El Universal, Excélsior y www.rsssf.com
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