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Mostrando entradas de mayo, 2015

¿Por qué historia?

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C uando decidí estudiar otra licenciatura no dudé un instante: sería historia. Recuerdo que desde las clases de tercer grado de primaria la profesora Irma Pérez atrapaba mi atención contándome del Imperio Azteca. Desde siempre tuve una innata inclinación por saber de otras personas y de otras épocas. Además, en casa tuve dos grandes historiadores que nutrían mi imaginación: mis padres.             M arc Bloch dice que la historia tiene sus propios placeres y que entre ellos destaca el espectáculo de las actividades humanas “para seducir la imaginación de los hombres”. Esto lo pude constatar hasta que elaboré mi tesis revisando cartas, documentos y correspondencia en los archivos, con fuentes de primera mano, donde según Leopold van Ranke se ven las verdaderas pasiones de los hombres. Pero esto último, lo de Bloch y lo de van Ranke fue, como ya dije, hasta que decidí emprender el estudio de mi segunda licenciatura. Obregón y Calles en el poder.             L a primera fue de pe

La muerte es una traición de Dios. (*)

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Por: Víctor Miguel Villanueva @Victormiguelvh E n 1983 un puñado de jóvenes de la secundaría pública número 39 tuvieron en sus manos un libro, quizá para muchos de ellos el primero de su vida, se trataba de La Tregua de Mario Benedetti . ¿ C ómo podría el romance del viejo Martín Santomé con la escuálida Laura Avellaneda en la lluviosa ciudad de Montevideo, seducir para siempre a esos adolescentes? Esa era la apuesta de su maestra de español: Lourdes Cárdenas Martínez. A certó con más del 50 por ciento de sus alumnos, los cuales a partir de ese momento, de ese libro, de esa lectura, se hicieron lectores. Incluso, para algunos de ellos, Mario Benedetti había entrado a su vida, para no irse jamás. Pues entendieron que en la calle codo a codo , eran mucho más que dos. E l segundo libro que llegó a nuestras manos del escritor uruguayo fue Poemas de Otros . Ahí encontramos lo que nunca escribió Martín Santomé en su diario: la despedida de su amada. En la página 52

El día que el futbol mexicano le lloró al Necaxa

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Por: Víctor Miguel Villanueva @VictorMiguelV E l domingo 18 de abril de 1943 concluía el campeonato 1942-1943 de la entonces Liga Mayor del futbol mexicano. El campeón se conocía ya, era el Marte ; el subcampeón el Atlante y los Electricistas con una victoria amarrarían el tercer lugar. Sin embargo, aquel partido en el Parque Asturias era histórico por otra cuestión. Era el último juego de la época amateur de nuestro futbol y además se trataba de postrera actuación del Necaxa . En efecto, el equipo rojiblanco –cuatro veces campeón de Liga (32-33, 34-35, 36-37 y 37-38) y otras tantas campeón de Copa (24-25, 25-26, 32-33 y 35-36)– era un equipo de prosapia, de época, de masas, que embelleció como pocos el futbol nacional, había decidido que no ingresaría al profesionalismo y se retiró.             D esde que culminó la temporada 1941-1942 algunos presidentes de equipos habían mostrado su interés por dejar de ser una liga amateur. En ese entonces, Necaxa y Atlante se opusieron