El Atlante saborea por primera vez la gloria. Parte II
Por: Víctor Miguel Villanueva
@VictorMiguelV
@VictorMiguelV
Luego de 10 jornadas el Atlante dejó claro que era el gran
favorito para ganar el título en la temporada 1946-1947. Parecía no tener
rival. Sin embargo, en las jornadas 16, 17 y 18 vivió la peor crisis del torneo
al ganar un punto en tres juegos. Es en este momento en que sus escoltas lo
acechan, se le acercan a un punto, pero la Aplanadora
Morena reacciona y, con dos goleadas consecutivas, la Liga entiende que el Atlante va en camino a saborear la
gloria por primera vez, y de forma brillante e inexorable.
En
la jornada once estaba programado el clásico ante el España. La ciudad, como
era costumbre en estos juegos, vivía un fervor desmedido. En el Parque Asturias
está por un lado “el españolismo con su fuerza de expresión, y por el otro, el
mexicanismo vibrante y a veces insultante”. A los siete minutos Horacio Casarín remató al arco
albinegro, el balón se estrelló en el travesaño y rebotó atrás de la línea de
gol. El árbitro opinaba la contrario. Los jugadores del Atlante rodearon al
silbante, mientras que, en las gradas de sol, los azulgrana comenzaron a lanzar proyectiles y botellas; era la
polémica habitual en estos juegos. Todo lo anterior bajo una densa neblina que
daba “un ambiente londinense”. Finalmente, se reanudó el juego. A los 55
minutos, Roberto Scarone –quién más–
le dio un puntapié a Herrera, quien se lo regresó, el árbitro expulsó a los dos
y provocó más bronca en las gradas, pese a que esta vez su decisión fue
acertada. La resistencia del España llegó hasta el minuto 65, después ya no
pudo: Horacio Casarín con un disparo
fuerte y abajo anotó ante la euforia de la tribuna de sol del Asturias. El
España bajó los brazos, Casarín
anotó un segundo gol, pero otra vez el árbitro lo anuló por supuesto fuera de
lugar. Pudo ser un hat trick para el Hijo de don Venancio, pero simplemente
fue una victoria más para el Atlante
que, en ese momento, le sacaba 6 puntos de ventaja al campeón Veracruz.
El general José Manuel Núñez. |
El
8 de diciembre de 1946 visitó al Moctezuma. Sin Roberto Scarone por suspensión, pero con un gol del Maestro Vantolrá, obtuvo un empate a un gol, que fue aprovechado por los
Tiburones Rojos para ponerse a cinco puntos. Precisamente, el siguiente juego
sería contra ellos en el Puerto. Campeón contra Subcampeón, líder contra
sublíder. En Veracruz había carnaval en pleno diciembre.
Para
ponerle más tensión al partido, el general José
Manuel Núñez afirmó que su equipo no iría jugar a Veracruz porque no había
garantías: una semana antes hubo una invasión al campo, Luis Pirata Fuente había golpeado a un juez
de línea con un balonazo y Lazcano le tiró la visera al otro juez. Finalmente, Atlante aceptó jugar en el Parque
Deportivo. Las crónicas dicen que la “gente se portó a la altura” y el líder
del torneo también: luego de recibir el 1-0, el Maestro hace una jugada personal, burla a dos rivales y luego
dispara, es el uno a uno. Once minutos después Angelillo por la derecha desborda, centra y Rafael Meza concreta la remontada. El público se porta a la altura:
está inmóvil. Sin embargo, vuelve a la vida cuando logra empatar Veracruz. A
los 83 minutos llega la victoria azulgrana con otra anotación del Tico Meza a otro pase de Angelillo.
El Atlante vuelve a poner seis
puntos de distancia, pero ahora ya no es Veracruz el sublíder, sino el Asturias.
La
primera vuelta tendría que culminar en León contra el San Sebastián, pero la
lluvia inunda el campo, el juego es suspendido, los presidentes de los equipos
“ante notario” firman jugar el partido el 25 de enero de 1947. No hay tal, se
realiza el 29 de diciembre y el Atlante
pierde lo invicto al caer 1-0. Primera derrota del torneo. No había nada de que
preocuparse, con cinco puntos arriba de Puebla y Veracruz el liderato
estaba a salvo. La Liga en este momento
entra en receso. El campeón de Argentina, el Racing Club de Avellaneda, viene a
jugar a México para inaugurar el estadio Olímpico de la Ciudad de los Deportes.
De hecho, el Atlante pierde dos
veces contra la Academia.
El inmenso Roberto Scarone, alma charrúa del Atlante. |
El
9 de febrero de 1947 se reanuda el campeonato local. El Atlante sin Scarone, sin
el Peluche Ramos y sin Casarín
aplasta al Moctezuma. Los delanteros azulgrana consiguen un ¡triple doblete! Ángel Segura, Martín Vantolrá y Rafael
Meza hacen dos goles cada uno. El segundo del Maestro es una obra de arte: remata el balón de tijera con la
pierna derecha y el balón se incrusta en la red del Moctezuma con una velocidad
y una precisión sorprendentes. El público azulgrana lo aplaude largamente.
Es
la jornada 15, de 28 en total, con seis puntos de ventaja, pero también es el
inicio de una crisis de tres juegos que pondrá en duda, como en ningún otro
momento del torneo, que el Atlante
pueda ser campeón. La baja de juego individual se manifiesta inmediatamente en
los resultados, el gol se extravía. Derrotas absurdas y sin justificación ponen
el liderato en peligro.
El
16 de febrero de 1947 el Atlante va
a Tampico. En un ambiente hostil en el nuevo estadio tampiqueño, Potrillo Villavicencio corta mal un centro de Candia a los 30 minutos, que
es aprovechado por Fausto López para anotar. En el segundo tiempo, el equipo
local cuida su ventaja, Angelillo
anota, el árbitro Garza Manzano lo anula pues para él hay fuera de lugar. Los
corresponsales de los diarios reportan que las “fuerzas armadas” tuvieron que
entrar al campo para impedir que los jugadores atlantistas siguieran
reclamándole al silbante. Luego Scarone,
que reaparecía, ve la roja por patear a un rival y mostrar así su impotencia.
Al final pierde el Atlante y es el
primer juego en que no anota.
Lo
peor estaba por venir. Le toca descansar. Puebla se acerca a cuatro puntos y es
el siguiente rival, pero el equipo poblano tiene a seis jugadores suspendidos
por “insultos al árbitro” en su juego anterior ante Guadalajara. Aunque,
también el Atlante tenía cuatro
bajas: Ramos, Scarone, Casarín y Nicolau. El general Núñez ofrece posponer el juego para no
sacar ventaja, pero Puebla publica en los periódicos una carta compromiso de
que jugará y dejará todo en la cancha. Atlante
es incapaz de anotarle a un equipo que tiene a seis de sus mejores hombres, dos
extranjeros, en las tribunas; pero no solo eso, recibe dos anotaciones. Sí,
termina el primer tiempo con el marcador Atlante
0 Puebla 2. Al inicio del segundo tiempo les hacen el tercero y nadie entiende
qué pasaba. Se marca un penal en favor del Atlante
¿será posible una voltereta mágica? No, el Maestro
falló la pena máxima. Al minuto 86 Angelillo
anota al rematar un tiro de esquina. Cuando el árbitro Horacio Pastor silbó el
final, instantáneamente se apagaron las luces del estadio “tal vez para que
nadie pudiera ver las caras que iban a poner los atlantistas cuando desfilaban
rumbo al vestidor”. Con esto Atlante
tiene 25 puntos, por 23 de Puebla.
José Margarita Gutiérrez, elegancia en medio campo ya había sido campeón en 1941. |
Después
del papelón ante los Camoteros el Atlante tiene que medirse al España.
Como siempre, la pasión y la polémica están presentes en este tipo de juegos de
tanta rivalidad. El que se realizó el 5 de marzo de 1947 también sería histórico
y perenne en el futbol mexicano. Cuando aún la gente seguía lanzando
vítores a sus respectivas oncenas, Horacio
Casarín sorprende con un disparo desde fuera del área y gol, ahora sólo son
los atlantistas quienes gritan. ¿Es el despertar del trabuco azulgrana? No, los albinegros son un equipo de respeto, así
que adelantan líneas, someten en su campo al rival. A los 40 minutos Cubanaleco
dispara con potencia al arco del Potrillo
Villavicencio; el balón pasa a un
lado del poste, pero la red está perforada, por ahí se cuela el esférico, choca
con el palo que sirve para sostener la red, regresa al campo y Chino Medina lo
regresa a la red. El árbitro decreta gol. Un gol fantasma, el balón había
salido. El árbitro Oropeza es rodeado por los jugadores del Atlante y la bronca respectiva en la
tribuna. Se reanuda el juego, el líder lastimado en su orgullo ataca, se
descuida y en un contragolpe el España pone el 2-1. En el segundo tiempo el Atlante está expuesto a lo mismo, pero
no hay más. Al minuto 39, Roberto
Scarone saca potente disparo, un defensa del España vuela y con las manos
manda el balón a tiro de esquina. Esta vez Oropeza no puede dejar de ver la
infracción y señala penal. El mismo uruguayo cobra con maestría y es el 2-2.
Pero el Atlante no está conforme:
quiere la victoria. Las maderas del Parque Asturias crujen cuando la afición
azulgrana se pone de pie al minuto 89, Arizmendi
va con balón controlado por derecha, logra centrar, Horacio Casarín hace un “remate de bandera”, las miradas van al
arco albinegro pero el balón no alcanza la red. Oropeza silba el final y huye
al vestidor. Atlante tiene tres
juegos sin ganar, un punto de seis, pero su escolta perdió. Ahora la tabla
queda así: Atlante 26 unidades por
23 de León y de Puebla.
Ángel Segura, Angelillo, todo un crack adorado por los niños atlantistas. |
Es
momento de despertar. El rival se presta para tal cosa. El público va en buena
cantidad al Parque para ver el Atlante
frente al Oro. No resultó fácil, de hecho, el mejor hombre es el portero Villavicencio, pero regresó el gol. Angelillo, Arizmendi y Meza le dan
forma a un 3-1 que termina con la peor racha del Atlante en la temporada 1946-1947. Finalmente, se cumple el segundo
tercio de la Liga cuando de local enfrenta al ADO, otro rival para sumar dos
puntos más.
Así
es, Rafael Meza a los 4 minutos hace
el 1-0; a los 20 el jugador Andrade le da un cabezazo a Arizmendi y es expulsado, lo curioso es que cuando los jugadores de
Atlante quieren cobrar venganza por
la agresión, observan que el agresor lleva la frente abierta y le brota sangre.
El 2-0 es producto de un remate de larga distancia de la Margarita Gutiérrez;
antes de la media hora, Angelillo
hace el 3-0. Luego el visitante hace el 3-1, pero también comete penal y Meza eleva la cuenta a 4-1. A los 75
minutos el mejor gol del juego: Nicolau
disparó de lejos, el portero rechaza de puños, Angelillo fildea el balón, se tira de palomita y marca un gol que
el público no se cansa de celebrar.
Han
pasado 20 juegos de los 28 del campeonato. El Atlante no ha soltado el liderato en todo ese tiempo, ni siquiera
lo ha compartido. Pero faltan ocho partidos, dos de ellos memorables en la
historia centenaria del conjunto azulgrana y también del futbol mexicano, en
ellos el trabuco del general José Manuel
Núñez va a saborear la gloria por primera vez… (CONTINUARÁ).
Fuentes: Esto, La Afición y El Universal.
Nota: Las fotografías NO representan los hechos aquí narrados,
sólo sirven de ilustración.
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